Quien trabaja en logística sabe que hay territorios donde el ritmo se acelera solo en campañas concretas, como la Navidad, el verano o el Black Friday, y otros donde, simplemente, no hay descanso. Canarias es el mejor ejemplo para mostrar qué implicaciones logísticas representa la expresión “siempre es temporada alta”. Y no solo por sus cifras turísticas, sino por el efecto estructural que esta demanda continua tiene sobre su cadena de suministro.
En cualquier caso, para comenzar por el primer factor debemos acudir al más evidente: el turismo. En 2024, las Islas Canarias superaron los 18 millones de visitantes, consolidándose como uno de los destinos más importantes del sur de Europa. Con un clima estable, infraestructuras preparadas para la conectividad internacional y una posición privilegiada para el turismo europeo, el archipiélago ha conseguido algo poco común: una ocupación hotelera estable durante prácticamente todo el año, sin caídas drásticas en los meses tradicionalmente considerados de temporada baja.
Las cifras lo confirman. Según datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), la ocupación media en establecimientos turísticos se sitúa en el archipiélago cerca del 80%. Si bien el invierno (de diciembre a marzo) registra picos superiores al 85% por la llegada de turistas del norte de Europa, los meses de primavera y otoño también muestran una demanda elevada gracias a los viajes de media distancia, el turismo deportivo, las escapadas culturales y, cada vez más, los nómadas digitales.
Esta constancia en el flujo turístico se traduce en una necesidad igualmente constante de aprovisionamiento. Hoteles, restaurantes, comercios, actividades recreativas y operadores turísticos requieren un suministro continuo de productos que van desde alimentación y bebidas hasta textiles, material técnico, cosmética o productos farmacéuticos.
A la actividad turística habitual hay que añadir una programación estable y diversa de eventos, ferias, fiestas patronales, celebraciones deportivas y festivales que se reparten a lo largo de todo el año y que refuerzan la necesidad de una logística sin interrupciones:
- Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria (febrero-marzo): uno de los más multitudinarios de Europa.
- Maspalomas Pride (mayo): gran impacto en el sur de Gran Canaria.
- Festivales de música y folclore (junio-julio): alta afluencia local e internacional.
- Eventos deportivos de élite, como el World Rallye Car, Tenerife Bluetrail, Spring Surfest Las Américas Pro o Ironman Lanzarote, que aportan a lo largo del año más turistas.
- Navidad, Reyes y eventos de fin de año: turismo nacional e internacional, con picos en consumo y distribución.
Una economía muy dependiente del flujo logístico con la Península
A la demanda más vinculada al consumo turístico se le suma la realidad del mercado canario. Su singularidad geográfica, a 1.700 kilómetros de la Península Ibérica, y su condición de región ultraperiférica con siete islas principales dispersas, convierte a la logística en un pilar imprescindible para la economía del archipiélago. La mayoría de los productos que se consumen en Canarias llegan por vía marítima o aérea.
Según los últimos datos del Instituto Canario de Estadística, el valor de las importaciones canarias batieron récords históricos en 2024, con un valor total de 22.762 millones de euros. De ese volumen, 18.261 millones de euros, que representa más del 80%, corresponde a importaciones procedentes del resto de España, lo que demuestra una dependencia estructural del transporte para abastecer a la población y sostener la actividad empresarial.
“Esta realidad implica dos consecuencias directas para los operadores logísticos que estamos especializados en Canarias: que la cadena logística nunca se detiene, ya que el abastecimiento es una necesidad diaria. Y, por otra parte, que la logística debe ser extremadamente precisa, porque cualquier fallo o retraso impacta de forma inmediata en el funcionamiento de sectores clave como el turismo, la alimentación o la salud”, explica Andreu Gutiérrez, Country Sales Director Road de Rhenus Logistics en España.
“La logística en Canarias trabaja los 365 días al año. El turismo es un motor continuo para la economía canaria y la actividad logística es el mejor indicador de que el consumo es constante a lo largo del año”, concluye Guillermo Montesdeoca, Gerente Rhenus Logistics en Las Palmas.
¿Qué implica una demanda constante en términos logísticos?
- Alta rotación de mercancías en todos los sectores.
- Reposiciones continuas de productos en retail, horeca o comercio especializado.
- Necesidad de entregas just-in-time y distribución nocturna para evitar interferencias en horarios comerciales.
- Coordinación diaria entre transporte marítimo, aéreo y terrestre, tanto en el tráfico entre islas como con la Península.
- Una gestión aduanera experta y ágil para adecuarse a la singularidad canaria, atendiendo a su marco fiscal y aduanero.
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